ASI, ALMA MIA, JURAME
que CUANDO VUELVA A TU LADO tendrás LA CASITA llena de flores para mí. AMOR, AMOR, YO CANTO PARA TI, pero siento que
YA NO ME
QUIERES pareciera que esto es una DESPEDIDA, pero, POR SI NO TE VUELVO
A VER, NO NIEGUES QUE ME QUISISTE.
Nunca me preguntes ¿QUIEN
ERES TU? mejor DAME TU AMOR, UN BESO o UNA ROSA y VOLVERE.
Ahora calla y BESAME, VIDA
MIA
María Grever
A los seis años de edad
marchó a Sevilla (España), lugar de donde era originario su padre. Luego, viajó
a París donde recibe clases de los músicos Claude Debussy y Franz Lenhard,
quien le sugirió que no se sujetara a la técnica musical y conservara su
espontaneidad. De regreso a México ingresó en la escuela de canto de su tía
“Cuca” Torres.
En 1916, María se
estableció en Nueva York, donde conoce al que sería su esposo León A. Grever y
de quien adquirió el apellido con el que se inmortalizó.
Su primer gran éxito se
produjo en 1926 con “Júrame”, canción interpretada por José Mojica cuando ella
aún no era demasiado conocida. Por esos años el bolero comenzaba a convertirse
en la música más popular del momento. Júrame, que aunque pase mucho tiempo
pensarás en el momento en que yo te conocí. Júrame, que no hay nada más
profundo, ni más grande en este mundo que el cariño que te di. Bésame, con un
beso enamorado como nadie me ha besado desde el día en que nací. Quiéreme,
quiéreme hasta la locura y así sabrás la amargura que estoy sufriendo por ti.
Desde entonces, María
Grever alcanzó un éxito tras otro con obras como “Cuando vuelva a tu lado”,
“Muñequita linda”, “Alma mía”, “Yo canto para ti”, “Amor, Amor”, “Por qué”,
“Atardecer en España“, "Quién eres tú”, “Una rosa, un beso”, “Dame tu
amor”, “Volveré”, “Tú, tú y tú”, “Bésame” y “Vida mía”.
Durante el encuentro del
compositor mexicano Agustín Lara con María Grever tuvo lugar una anécdota
bastante curiosa que me gustaría reproducir. Así, en una ocasión en que María
viajó a México, Emilio Ascárraga (uno de los hombres más poderosos del país)
pidió a Agustín Lara que fuera a recibirla y le hiciera una visita de cortesía.
Ella citó a Lara en su habitación del Hotel Regis. Hablaron distendidamente
durante varias horas. Le comentó al joven compositor lo duro que era llegar al
triunfo... Por último, le obsequió una botella de Oporto, se despidieron y
ordenó a su chofer que llevara al veracruzano de regreso a su domicilio. Cuando
Agustín Lara ya estaba en su casa, encontró un papel que María Grever le había
depositado en sus cosas sin que éste se diese cuenta y que decía: “De todas las
canciones mexicanas que llegaron a Nueva York, inconscientemente elegí sólo
cinco de entre ochenta de ellas y fue una sorpresa ver que eran todas del mismo
autor: Agustín Lara. Es mi convicción que tienes un gran porvenir, pues tu
inspiración es purísima y espontánea. No tardarás mucho en ser una gloria
nacional”.
Pero no sólo en la
canción popular fue grande, pues musicalizó varias películas para la Paramount
Pictures así como, posteriormente, para la 20th Century Fox, compuso operetas e
incluso llegó a dirigir orquestas.
María Grever afirmaba:
“tuve que dejar mi país y ahora, en Nueva York, estoy interesada en el jazz, en
la música moderna pero, sobre todo, en la música mexicana que deseo presentarla
a los estadounidenses. No creo que sepan mucho de ella. Valdría la pena darla a
conocer. Existe una riqueza en la cultura de la canción en México (su origen
hispano e indígena y la mezcla de ambos). Melodía y ritmo convergen ahí. Es mi
deseo y ambición presentar las melodías y ritmos nativos en perspectiva real,
pero con la flexibilidad necesaria para hacer una llamada al oído universal”.
La investigadora Nayeli
Nesme sostiene que María Grever era un centro de atención artística. Cultivó la
amistad de Agustín Lara y Pedro Vargas, así como también con Julián Carrillo y
Enrico Caruso, pues quién iba a interpretar a Grever con un gusto belcantista
sin ellos. Fue realmente la primera mujer mexicana que trascendió a escala
internacional.
Tras su estancia en
Nueva York, en 1949 regresó a su país natal donde le fueron otorgadas las Llaves
de la Ciudad de México (distinción honorífica), la Medalla al Mérito Cívico y
la Medalla del Corazón de México. Luego, trabajó como presentadora en la cadena
de televisión XEW, contó su vida en la radio y escribió un libro
autobiográfico.
De María Grever se ha
señalado su estilo romántico y elegante. Formó parte, junto a la cubana María
Teresa Vera (autora de “Veinte años”) y a su compatriota Consuelo Velásquez, de
la pléyade de mujeres compositoras que destacaron sobremanera en el mundo del
bolero.
Según el maestro Núñez
Palacio (compositor orquestal), “María Grever no sólo capturó el alma de la
gente, sino que logró ensamblar perfectamente entre sí letras y músicas. Hoy
día muchos compositores llaman a otro autor para que le escriban las letras.
Ella era una persona formada musicalmente y culta que nunca olvidó la música de
México”.
El 15 de diciembre de
1951 María Grever fallece en la ciudad de Nueva York; sin embargo, aún sigue presente
en toda la música latinoamericana, así como en la vida de quienes hoy cantamos
sus canciones.
En 1953, Tito Davison realizó la película cinematográfica Cuando me vaya, melodrama sobre la vida y obra de María Grever protagonizada por la gran Libertad Lamarque.